Güiraldes nació en una familia de alto rango social y de grandes propiedades. Don
Manuel Güiraldes, su padre, quien llegaría a ser más tarde
intendente de Buenos Aires, era un hombre de gran
cultura y
educación; y también muy interesado por el
arte. Esta última predilección fue heredada por Ricardo, que dibujaba escenas campestres y realizaba pinturas al
óleo. Su madre, Doña Dolores Goñi pertenecía a una de las ramas de la familia Ruiz de Arellano, familia fundadora de
San Antonio de Areco.
Un año después de nacer Ricardo, la familia se trasladó a
Europa, donde permaneció durante algún tiempo. A su regreso y contando el niño con cuatro años de edad, se lo podía escuchar hablando tanto
francés como
alemán; siendo el francés el
idioma que dejaría honda huella en su
estilo y en sus preferencias
literarias.
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